Era el dios del sol en la mitología azteca y mixteca. Su paseo por el cielo se consideraba de extrema dificultad por lo que los aztecas creían que debían hacer sacrificios personales así como sacrificios humanos para contentarle y ayudar a hacer su tránsito.
En un mito se cuenta como había llegado a ser el Quinto Sol y por tanto el sol actual. Nanautzin se había sacrificado para convertirse en el Quinto Sol pero aún así no consiguió que apareciera este. Quetzalcoatl tuvo que reunir los corazones de varios dioses que se habían sacrificado para proporcionar alimento para el sol. Así Tonatiuh apareció en el cielo inmóvil y Ehecatl sopló sobre él para que se moviese.
Se creía que era ayudado por guerreros en su ascenso por el cielo mientras que en su descenso era ayudado por los espíritus de mujeres muertas en el parto.