Es el dios supremo, dios del cielo, del rayo, las tormentas y de la lluvia en la mitología griega. Era hijo de Cronos y Rea. Su esposa era Hera aunque antes había tomado como esposa a otras como Metis y Temis, además de tener multitud de amantes con muchas de las cuales tuvo hijos. Su prole era muy numerosa, entre sus hijos más importantes se cuentan Ares, Hefesto, Hermes, Dioniso, Perséfone, Atenea, Afrodita, Hércules y las musas.
Su mito más importante es el que le llevó a sustituir a su padre Cronos y por tanto a ser el dios supremo. Su padre Cronos devoraba a sus hijos concebidos con Rea debido a que se le había advertido que uno de sus hijos le destronaría como él había hecho con Urano. Después de haber devorado a cinco de sus hijos, Rea en el sexto alumbramiento le dio una piedra envuelta entre pañales en vez de a Zeus y este la devoró sin advertir que no era su hijo.
Zeus fue criado en la tierra en una caverna en Creta donde fue criado por las ninfas Io y Adrastea y amamantado por la cabra Amaltea, los curetes hacían ruido haciendo chocar sus armas alrededor de la cueva para que Cronos no pudiese escuchar los llantos del bebé. Se llegó a convertir en copero de su padre Cronos, gracias a la ayuda que le prestó cuando le destronó Titán. Una de las bebidas que le sirvió la mezcló con una pócima hecha por Metis, despues de beberla vomitó a los hermanos de Zeus. Después de esto se desató una guerra llamada la Titanomaquia entre los titanes y los dioses olímpicos, que fueron ayudados por los Cíclopes y los Hecatónquiros a los que Zeus había liberado del Tártaro. Tras la victoria tras diez años de lucha, Zeus se quedó con los dominios del cielo y la tierra, Poseidón con los del mar y Hades con los del Inframundo.
Más tarde tuvo que enfrentarse ante una rebelión liderada por sus propios compañeros Hera, Poseidón y Apolo, de la que salió airoso gracias a Briareo que lo liberó de sus cadenas, y finalmente también debió afrontar una guerra contra los gigantes llamada Gigantomaquia, la cual ganaron los dioses olímpicos.
Se le representaba como un hombre vigoroso, imponente y severo, a veces también desnudo y apoyado sobre el cetro, y a veces también sentado empuñando el cetro.
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