Era el dios de la fertilidad, el aire y los ladrones en la mitología azteca, aunque se originó en la mitología tolteca u olmeca. Tiene múltiples genealogías, las más importantes son las que la hacen hijo de Ometeotl y Ometecuhtli, la que le hace hijo de la diosa Coatlicue (diosa virgen) o la que le hace hijo de Mixcoatl y Xochiquetzal.
Ha enseñado todo lo necesario para la vida en ella como la vida, el
agua, la sabiduría y en especial la agricultura y el maíz, aún así
también tiene un lado oscuro ya que exigía sacrificios humanos que
periódicamente se ofrecían en su honor.
Junto a Tezcatlipoca separó el cuerpo de Tlaltecuhtli con el cual se formó el cielo y la tierra. Mató a Tezcatlipoca quien había sido el reinante del primer sol y así se convirtió en el gobernante durante el segundo sol, después de lo cual creó a los humanos con huesos sacados del inframundo y salpicados por la propia sangre del dios, algunos de estos huesos se cayeron por el camino por eso unas razas son más altas que otras.
En otro mito Tezcatlipoca le hizo abandonar su tierra en Tula y embarcarse en los mares hacia el este con la promesa de volver algún día, lo cual hizo que algunos consideraran a los primeros españoles (en especial a Hernán Cortés) que tuvieron contacto con el imperio azteca o mexica como el dios que volvía a su casa.
Se le representaba en forma de serpiente emplumada o bien como un humano
disfrazado de tal que representa la dualidad cuerpo-espíritu, o bien
también como un viajero llevando un cayado.
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