Es un monstruo representación del caos primordial de género femenino en la mitología sumeria, también se la consideraba diosa del agua salada y por tanto de los océanos. Son dos tradiciones distintas ya que en la última es una diosa creadora junto a su consorte mientras que en la primera es representación del mundo antes de su creación. Su consorte fue Abzu. Con él generó a la segunda generación de dioses, los más importantes de los cuales fueron Kingu, Lahmu y Lahamu.
Cuando Enki mató a Abzu debido a que tenía sospechas de que este lo quería matar por el alboroto que creaban los nuevos dioses, Tiamat atacó a aquél junto a once hijos que dio a luz, siendo estos diferentes clases de monstruos. Enki y los otros dioses escogieron a Marduk (seguramente en el relato original sumerio fue Enlil o Anu, pero Marduk fue una introducción interesada de los asirios) para guiarlos en la batalla, después que Marduk matase a Tiamat usó su cuerpo para crear el mundo, creando el cielo y la tierra de sus costillas, los ríos de sus lágrimas y de su cola la Vía Láctea, de la sangre de su hijo Kingu que también fue asesinado fueron creados los humanos, mezclándola con arcilla.