Es el dios supremo en la mitología del pueblo Tsonga de Mozambique, Sudáfrica, Swazilandia y Zimbabwe. Su nombre también se utiliza para designar al cielo, así él es el encargado de mandar las lluvias, los truenos y los relámpagos.
Según su mito de la creación los primeros humanos surgieron de las cañas, bien de la explosión de una de estas de las cuales surgió un hombre y una mujer, bien de una marisma llena de cañas de donde surgieron las distintas ramas del pueblo Tsonga.
Después de que emergieran los hombres, el jefe de la marisma le dijo a un camaleón que les transmitiese el mensaje de que morirían pero renacerían, y después mandó a un lagarto con el mensaje contrario. Este último llegó primero y los hombres aceptaron el mensaje, sin embargo cuando llegó el camaleón con el primer mensaje le dijeron que ellos ya habían aceptado la muerte con lo que ésta llegó al mundo.
