Es el dios supremo en la mitología del pueblo yoruba de Nigeria. Era el padre de todos los dioses yoruba. Se asociaba con la paz, la armonía, la justicia y la pureza y era el gobernador del cielo. Se le consideraba en algunas tradiciones como dios andrógino o incluso como una diosa.
No estaba al alcance del conocimiento humano, aunque se le podía consultar a través de Eshu que servía de intermediario entre el dios y los humanos. Era el dador de vida, así que cuando Obatala creo al primer humano con arcilla tuvo que llamar a Olorun para que le ofreciese el aliento de vida.
Se comunicaba con los otros dioses a través de su sirviente Agemo, el cuál era un camaleón y éste fue clave para ganar una disputa en un concurso de telas con Olokun, que no aceptaba su supremacía, gracias a su poder de cambiar de color que consiguió copiar los colores de las telas que hacía Olokun.
Se creía que era propietario de todas las cosas blancas que había en la tierra como los huesos, el cerebro, el aire y las nubes.