Era el dios del
destino en la mitología del pueblo Fon de Benín. Era hijo de Minona.
Tenía 16 ojos y vivía en una palmera en el cielo. A través de unas
aperturas místicas podía ver con sus dieciséis ojos todo lo que pasaba
en el pasado, presente y futuro de cada persona.
Representaba
también el destino escrito de las personas ya que Mawu-Lisa había
mandado a dos hombres a la tierra para llevar el mensaje de que cada
persona tendría su fa. Cada día el dios daba el fa a Legba donde se
encontraban todas las cosas que pasarían a cada persona ese día.