Es el dios supremo en la mitología del pueblo tumbuka de Malawi. Era un dios todopoderoso, omnisciente y que se había creado a sí mismo. Los humanos no se podían acercar a él pero se comunicaba con ellos a través de los fenómenos meteorológicos como la lluvia, los terremotos, los rayos, los arco iris o los truenos.
Envió a un camaleón y a un lagarto para mandar un mensaje a los humanos. El camaleón debía decirle a los humanos que ellos renacerían después de morir, mientras que el lagarto debía decirles que la muerte sería permanente. El lagarto llegó antes y los humanos aceptaron la muerte cuando el camaleón llegó a contar su mensaje.