Era la diosa suprema, además de diosa del viento y el trueno en la mitología vasca. Era esposa de Maju y madre de Alarrabi y Mikelats. Su símbolo era una hoz y se creía que colocando este objeto en frente de las casas se evitaban los rayos. Su morada estaba en el interior de la tierra.
Se le representaba como una mujer enjoyada, en ocasiones exhalando
fuego y en otras montada en un carnero o sobre un carro tirado por
caballos. Aunque también se decía que podía volar o bien manifestarse en
forma de nube blanca o en forma de arco iris.