Era el dios de la victoria en la mitología persa. Era la personificación del triunfo agresivo. Tenía diez encarnaciones o aspectos, un viento, un toro
con los cuernos de oro, un camello, un jabalí, un carnero, un pájaro, un
joven de quince años, un hombre con una espada de oro, un caballo
blanco y un macho cabrío. En la forma de jabalí fue utilizado por Mitra
para matar a sus enemigos.
Era el dios del fuego sagrado del Vrahran que se producía por la combinación de varios fuegos asociados al trabajo de los metales. Castigaba los males cometidos tanto por los demonios como por los hombres. Nació en las aguas primodiales y venció al demonio Azhi Dahak encadenándolo al Monte Demavand. Se le representaba con cuatro caras y el vigésimo día de cada mes estaba consagrado a su figura.
