Es el dios del sol en la mitología maya del Yucatán. Era un dios que se movía durante el día a través del cielo y por la noche se convertía en jaguar para viajar al inframundo. Se decía que era el mismo dios que Itzamná aunque a veces también se decía que era su padre. Era adorado principalmente por los gobernantes y por los guerreros. Era el patrón de la ciudad de Itzamal en la que se presentaba en forma de Guacamayo para comer las ofrendas de la gente. Se le representaba con cruces en los ojos, barba rizada y nariz ganchuda, también en forma animal como un pájaro de fuego con plumas de colores brillantes.
