Es el dios supremo y creador en la mitología del pueblo Isoko y Urhobo de Nigeria. Es un dios benevolente, encargado de dar un emema (espíritu) a cada niño que nace, este emema después de morir va al inframundo y sigue vivo allí.
Las personas antes al llegar a la muerte se cambiaban la piel como las serpientes y volvían a la juventud, lo que produjo una superpoblación de la tierra. Se discutió entre los animales y las personas que habría que hacer, el perro creyó que Oghene debería acrecentar el mundo y el sapo creyó que la muerte debería ser la solución. Se mandó a los dos animales a exponer sus argumentos a Oghene, éste accedió diciendo que el primer animal que llegase sería el que decidiese el orden del mundo, el perro corrió más pero, seguro de su victoria se fue a comer y se durmió, así que el sapo llegó primero y la muerte llegó a la tierra.