Es el dios supremo en la mitología del pueblo Ngombe de la República Democrática del Congo. Es un dios omnipotente y benevolente, creó a los humanos y vivió con ellos para protegerlos, pero la gente comenzó a pelearse entre ellos hasta que llegó un punto en que fueron insoportables con lo cual el dios decidió irse, (en algunos versiones al bosque y en otras al cielo) y no volvió jamás entre los humanos.