Era el dios del maíz en la mitología azteca. Se le consideraba hijo de Tezcatlipoca y Tlazoteotl, y marido de Xochiquetzal. En algunas ocasiones se le consideraba tan solo un aspecto del dios Quetzalcóatl, realzando su figura ya que para los aztecas el maíz era indispensable para el desarrollo de su cultura. Se decía también que Tlaloc le protegía.