Son unos seres devoradores de hombres en la mitología del pueblo Khoikhoi de Sudáfrica. Son un pueblo que se decía que se alimentaba de humanos y tenía los dientes muy largos. Su característica principal era que tenían los ojos en los empeines por lo que debían sostenerse sobre el suelo con las manos y las rodillas y levantar un pie para ver lo que pasaba.