Es el hijo del trueno en la mitología china. Había nacido de un huevo después de una tormenta eléctrica. Fue llevado a Wen Wang que tenía 99 hijos, este lo mandó a vivir con un ermitaño taoísta para que se convirtiera en su discípulo. Su padre adoptivo fue capturado y mientras buscaba la manera de ponerlo en libertad se encontró dos albaricoques que al comerlos lo convirtieron en una bestia con cara verde, larga nariz, colmillos y alas (lo que le identificaba claramente como hijo del trueno), una vez conseguido este aspecto pudo liberar a su padre adoptivo.