Era un dios tramposo y dios del sol en la mitología polinesia. Era hijo de Tangaroa.
Había creado las islas del Pacífico durante un viaje de pesca con sus hermanos, creó un anzuelo hecho con el maxilar de su abuela y al ver que sus hermanos lo buscaban él lo lanzó al mar y al tirar de este levantó el suelo del océano formándose las islas polinesias. En otro mito sobre la creación de las islas se cuenta que había pescado a un pez monstruoso y que al trocearlo en muchas partes formó las islas del Pacífico.
Para facilitar la vida de la gente hizo que los días fuesen más largos cogió al sol en una red y lo golpeó con el maxilar de su abuela (a la que se decía que había matado), el sol estaba tan contusionado desde este golpe que tuvo que andar más lentamente a través del cielo. También se decía que había robado el fuego a Mahuika en el inframundo y que lo había entregado a los humanos para beneficiarlos.
Intentó conseguir la inmortalidad metiéndose dentro de la diosa Hina mientras dormía, llegó a meterse en su cuerpo pero la diosa se despertó debido al canto de un pájaro y lo aplastó estando dentro de ella. Su sangre dio los colores al arco iris y el color rojo a los langostinos.